miércoles, 23 de septiembre de 2015

El camino del Tarot


Siempre me ha atraído muchísimo el mundo de las paraciencias, del esoterismo ... Desde pequeña, a pesar del miedo que me hacía este mundo, me encantaban las historias de fantasmas, las brujas, los vampiros ... leía libros, escuchaba leyendas de todo tipo, hojeaba publicaciones esotéricas y veía películas y programas sobre fenómenos extraños ... luego pasaba una mala noche, pero nunca era una noche bastante mala como para que al día siguiente buscara más material. Me atraían especialmente las cartas del Tarot. Siempre veía en aquellas láminas personajes con mucho para contar, aquellas ilustraciones me provocaban todo tipo de emociones y quería conocer todos aquellos secretos que escondían.

Por casa había aparecido alguna pelea del Tarot que venía de regalo en un diario ... una pelea que tuve inspeccionar con interés pero que acabó perdiéndose para volver unos años después cuando ya había aprendido el significado de aquellas cartas. El Tarot sabía que yo estaba preparada.
Alguna vez por la calle había visto mujeres que ofrecían por leerte las cartas y pesar de mi interés acababa por no preguntar nada, siempre temía que me engaña o que la sugestión me hiciera una mala pasada. A menudo los temas sobre los que quería preguntar eran preocupaciones demasiado grandes como para removerla las más ...

En una pequeña tienda esotérica había una mujer con fama de bruja que leía muy bien las cartas ... pero tampoco animé, yo no tenía ni un duro y lo que pudieran decirme me preocupaba, además de no estar nada segura de sí me está engañando o no.

Veía las brujas por televisión, anunciadas en las revistas y de verdad que sólo me inspiraban desconfianza sus promesas de poderlo ver todo y solucionar todos los problemas ... El Tarot tiene un gran poder verídico y auténtico que no tiene nada ver con esta gente aprovechada.

Hace unos años me encontraba en un grave problema laboral y económico. Hacía una hora semanal en un programa de radio sobre música y enseñaba unas pocas clases de teatro en un colegio pero yo estaba orientando mi vida hacia el mundo del espectáculo ... Buscaba castings desesperadamente y concertaba entrevistas en agencias artísticas. El panorama era muy negro y yo sentía una profunda tristeza.

Recuerdo que en la biblioteca encontré un libro que me atrajo muchísimo, era Apuntes de Tarot de la Mariló Casals. Voy cogerlo y más que leerlo el zampé. Al contrario que la mayoría de tarotistas que salían por televisión, Mariló Casals me encantaba. Era una profesional seria y desprendía un gran afecto y unas grandes ganas de ayudar, era sincera, no era pretenciosa. Tenía un gran sentido del humor y mucha simpatía. Las tarotistas jóvenes, maquilladas como modelos de pasarel.la, operadas de todas partes y vestidas con túnicas y enjoyadas, con sus promesas de saberlo todo y solucionar todo, con sus supuestos super poderes, palidece al Junto a la sencilla Mariló Casals. Las tarotistas de pacotilla no tenían nada que hacer, sus ridículas galas y sus tonterías verbales pronto quedaban en la nada. La Mariló podía con todas. Ella era de verdad.
Su libro me encantó, era ameno y enseguida me familiarizarse con el Tarot. No estudié. La información era tan interesante que se me quedaba grabada. Más adelante, leí todo tipo de libros, algunos buenísimos y muy completos, pero siempre recordaré con cariño el libro de Mariló Casals.

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